¿Qué pasa con los descuentos en el Mundial de Qatar 2022?
La FIFA ha decidido instar a los árbitros a que sean lo más estrictos posible ante las pérdidas de tiempo en el campo de juego y, en vez de instaurar un reloj que se pare cada vez que se interrumpe el juego, deben anotarlo y añadirlo tras las primeras o segundas partes. 86 minutos de añadido en cinco partidos.
Estas decisiones por parte de los árbitros responden a una petición expresa de la FIFA, harta de que el tiempo efectivo de juego en este deporte se reduzca cada vez más, llegando al extremo de que se disputen menos de 40 minutos de fútbol reales en algunos partidos.
En la primera parte del Inglaterra-Irán se añadieron 14 minutos; en la segunda parte, otros 13. 28 minutos en total para el partido, sin prórrogas ni penaltis, más largo de la historia de la Copa del Mundo, con 117 minutos y 16 segundos.
En el Senegal-Holanda hubo tres minutos de añadido en la primera y once en la segunda; en el Estados Unidos-Gales, cinco en la primera y once en la segunda; y en el Argentina-Arabia Saudí, siete en la primera mitad y 14 en la segunda.
Si hay un gol, una celebración, un cambio o una lesión, su tarea es apuntar cada minuto perdido y añadirlo al final de la parte, sin importar el resultado. Algunas adiciones han estado motivadas por fuerzas de causa mayor, como la lesión del portero iraní Alireza Beiranvand, que se llevó un choque terrible con su compañero y tuvo que ser asistido durante más de diez minutos, pero otras, como los 13 minutos de la segunda mitad del Inglaterra-Irán, por simples cambios e interrupciones.
Estos parones se amplifican, además, cuando las ventanas de sustituciones aumentan de tres a cuatro, circunstancia permitida siempre y cuando uno de los cambios se deba a un golpe en la cabeza.
La utilización del VAR, los lanzamientos de penaltis, las tarjetas y las protestas, así como las pérdidas intencionadas de tiempo, están también reflejadas en el libreto arbitral como razones para aumentar los descuentos, hasta minuteros nunca vistos.